La fructosa es un azúcar natural que está presente en una enorme cantidad de frutas y en algunos productos de procedencia animal como la miel. Además, se usa en muchos productos industriales en sustitución de la glucosa, otro azúcar que los diabéticos no pueden probar.
Sin embargo, para algunas personas la fructosa es “un veneno”, ya que sufren lo que se llama intolerancia a la fructosa, o dicho de un modo coloquial, son alérgicos a la fructosa.
Alergia a la fructosa
La alergia a la fructosa se produce cuando nuestro organismo no absorbe correctamente este azúcar, o dicho de un modo más correcto, nuestro sistema digestivo no logra absorber este azúcar que está presente en muchos alimentos naturales e industriales.
Hay dos tipos de alergia que se distinguen por su gravedad. El tipo de intolerancia a la glucosa más grave es hereditaria y hace que el organismo no la pueda absorber de ninguna manera, lo que al final hace que se vayan acumulando algunas sustancias muy nocivas en el hígado, unas sustancias que pueden terminar dañando este órgano de manera irreversible.
El otro tipo es el más común y se debe a un problema en el intestino, a una enfermedad que produce síntomas leves, pero muy molestos.
¿Qué síntomas produce la alergia a la fructosa?
La mayor parte de los síntomas son digestivos. Algunos de ellos son:
- La hinchazón del estómago por gases.
- La diarrea.
- Los ruidos en el estómago.
- Ardor de estómago.
Además de estos síntomas estomacales puede haber otros como:
- La depresión.
- El cansancio continuo.
- La mayor parte de estos síntomas se producen cuando se ingiere una cantidad de fructosa elevada.
¿Qué alimentos hay que evitar?
La lista de alimentos con fructosa es larga, así que vamos a empezar por los industriales, que son los más fáciles de detectar.
En este caso, cuando ponga que un alimento está libre de azúcar debes ponerte en guardia, ya que hay muchas posibilidades de que tenga fructosa añadida. De todas maneras, lo mejor es leer siempre la etiqueta para ver cuánta fructosa lleva.
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En cuanto a los alimentos naturales, la lista es larga. Son sobre todo las frutas más dulces, aunque hay algunos casos como el de la zanahoria en la que no esperas que lleve fructosa y lo mismo pasa con la berenjena.
Además de la berenjena y la zanahoria hay que evitar los melocotones, la sandía, ciruela, cerezas, caqui, mango, fresas, la manzana los dátiles, las peras, las uvas, los arándanos, etc.
Lo mejor si eres intolerante es que acudas al médico para que te dé una lista pormenorizada y te diga cuáles puedes comer y cuáles no. Además podrás ajustar las cantidades, pues no todas las intolerancias son iguales.
